Robándose a la luna

Buscando una buena opción para compartir el fin de semana, terminamos (mi novio y yo) en el cine más cercano viendo "Mi villano favorito", que resultó ser la travesía de Gru para realizar el robo del siglo, pretendía hurtar la luna y con ello convertirse en el villano más famoso sobre la tierra.

Lo anterior, porque ante sus intentos fallidos por viajar a la luna, Gru había resuelto determinantemente robársela... entonces pensé que probablemente él no sería el único que frente a la desesperación y desolación por no obtener lo deseado, cayera en la obstinación de querer poseerlo a toda costa...

Así las cosas, el focalizarnos en un sólo objetivo nos impide ver con claridad y dejamos de apreciar lo que se encuentra a nuestro alrededor.... ¿robarse la luna?, ¿con qué propósito?, si su encanto radica en la posibilidad de compartir su belleza con alguien más.

Reencuentros

Sí, debí aclararlo antes en el  título del blog: De búsquedas, encuentros y reencuentros... estos últimos gozan de un carácter especial, no es casual que sucedan más de una vez, provocados consciente o inconscientemente, casi siempre dejan un buen sabor de boca, obligan a realizar una mirada retrospectiva buscando aquel primer encuentro, y por otra parte, son una manifestación del paso del tiempo.  

No obstante, existen reencuentros poco frecuentes, aquéllos a los que las distancias dificultan, pero al final suceden, porque no hay distancias físicas insuperables, se consigue la manera de cruzar mares y atravesar montañas, ¡eso es fácil!, lo verdaderamente complicado es romper con las barreras personales, en las cuales nos refugiamos ante el temor de mostrarnos vulnerables ante el otro.

Cuando finalmente se consigue asomarse tras la muralla construida fehacientemente por nuestros coetáneos, entonces, y sólo entonces, puede hablarse de encuentros, después quizá de reencuentros....

  

(Para Francisco, cómplice y amigo yucateco, con el que me reencontré el miércoles pasado)

Tic... tac... tic... tac

Cuando un par de horas se convierten en instantes, y en cambio, unas semanas parecen una eternidad...¿acaso el tiempo nos está jugando una mala pasada?, ¿será que conspira en contra de nosotros para maximizar las horas de estrés y tedio, y por el contrario, minimizar las de disfrute y goce?, ¿por qué la necesidad de contabilizar nuestras experiencias en razón de años, meses, horas y minutos?.... cuando lo realmente trascendental es la calidad y no la cantidad.

¡Me declaro buscadora!

"El que busca encuentra"... "La cosa es buscarle"... más que un refrán o el lema publicitario de un comercial, mi afán de buscar es lo que me permite avanzar, porque estoy convencida de que siempre existe algo que encontrar; mi naturaleza curiosa y un tanto empecinada me ha llevado por caminos sinuosos, unos más agradables que otros, pero todos con la recompensa de haber hallado algo...hallazgos que se convertirán en memorias de búsquedas y encuentros.