De vez en cuando es necesario respirar otros aires, buscar y encontrar espacios de reflexión propia y compartida; personalmente, uno de mis lugares favoritos e idóneos para hacerlo es el bosque, con ese aroma peculiar y aquellos árboles perennes, que te recuerdan que existe un mundo más allá de los automóviles y rascacielos...
Esconderse, perderse del mundo para reencontrarse con él...dormir sobre el césped, regocijarse con las caricias de los rayos del sol, disfrutar del paisaje y por un momento olvidar las preocupaciones...¡escenario perfecto!, donde aún el tiempo se solidariza y los minutos parecen eternos, todavía mejor es tu compañía, tu presencia en mi vida...
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