Una vez más estoy aquí, el regreso es hasta ahora,no por falta de interés, menos por ausencia de gusto, simplemente porque siempre es necesario un periodo de letargo para retornar con fuerzas renovadas. Así, a unos días de terminar la segunda semana del segundo mes del año 2011 me es inevitable hablar de la sensación que me inspira comenzar el octavo semestre de Relaciones Internacionales; sí, ¡octavo!, con toda la impaciencia, incertidimbre y porque no, esperanza que ello implica.
El octavo semestre se siente, desde que te preguntan: ¿en qué semestres vas?, ¿de qué harás tu tesis?, ¿estás haciendo servicio social?, hasta que es evidente que cada uno de los compañeros de generación comienza a marcar o definir sus rumbos de acuerdo (en el mejor de los casos) a sus intereses y necesidades... las búsquedas se aceleran... aguardando los encuentros, aunque también, estando preparados para los desencuentros...
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