Ayer por la mañana recibí una llamada, era Gaby, mi amiga de la secundaria, quien además de saludarme quería que le escribiera una carta en donde respondiera a la pregunta: ¿por qué la quiero?, la carta es parte de un ejercicio para una de sus clases, es importante señalar que Gaby estudia Psicología.
Para ser sincera, la idea me entusiasmo, me gusta escribir, un tiempo fui fanática de escribir cartas, todavía me agrada, aunque últimamente lo hago con menos frecuencia, lo cual no significa que haya dejado de tener cosas que expresar... cada vez que escribo o leo una carta que me dieron es como si enviara o recibiera un caluroso abrazo.
Ahora que satisfactoriamente he cumplido la encomienda, pues la carta solicitada ya se encuentra en la bandeja de entrada de correo electrónico de mi amiga...me viene a la mente una pregunta: ¿para qué le habrán pedido las cartas? (porque no es una, tiene que llevar cuatro).... ¿a caso es parte de una terapia de autoestima y superación personal?...¿tal vez quieren analizar la forma en que las personas intentamos explicar nuestros sentimientos?... las posibilidades son muchas, cantidad de cosas pueden pasar por la mente de un profesor de Psicología.
Sin embargo, al hacerlo, además de disfrutar escribir para mi amiga y buscar dentro de mí los motivos de mi cariño, al final, descubrí que las palabras se tornaban insuficientes, encontrar la fuente originaria de nuestros sentimientos siempre es complicado, pues, en este caso, las razones por las que quiero a mi amiga no se pueden materializar, no obstante, la quiero, y mucho.
tan gonita la carta real mente me gusto bacana
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